domingo, 2 de marzo de 2014

Amigos Imaginarios: el comienzo inocente

De niña fui muy sociable, desde ir saludando a toda persona que se cruzaba en mi camino hasta hablar hasta por los codos cuando entre al kindergarten. Me llevaba bien con todos y siempre los niños más apartados se me acercaban y solíamos entendernos muy bien, aún así me relacionaba bien con los niños más populares.
De todas formas el kinder me parecía una gran desilusión, tenía ganas de aprender, no de jugar con muñecos o armar puzzles de madera de 5 piezas. Le preguntaba constantemente a la "tía" del kinder cuando comenzaríamos a leer?? Tenía ganas de entender lo que mostraban esos libros tan llamativos que habían en todos lados. 
Aprendí a leer muy rápido y adaptarme a las personalidades del resto me parecía fácil, además parecía notar cosas que nadie más veía, en el sentido de que sentía que todos dejaban pasar las cosas interesantes.
En la educación básica continuaba yéndome bien, conseguía las mejores notas pero nunca me gusto estudiar porque requería más concentración de la que poseía.
Así fui creciendo, rodeada de niños, pero ninguno al que considerara mi amigo incondicional. 
Fui destacando en las artes y en las ciencias naturales, asignaturas en las que los profesores me tiraban muchas flores y ESO, no es del agrado de los otros niños... Tampoco era de mi agrado que lo dijeran tan abiertamente, eso me estaba convirtiendo en una niña solitaria.
Desde pequeña, la imaginación fue mi mejor refugio, podía ir donde quería, con los amigos que se me antojaran y en las aventuras más entretenidas.

imagen obtenida de
 http://pequelia.es/files/2009/03/amigo_imaginario-500x375.jpg
Como ya habrán notado, tengo amigos imaginarios, que van y vienen a mi antojo. Desde niña de verdad los veía, eran totalmente reales para mi. En un comienzo me costó notar que era un amigo imaginario… un día estaba jugando y de pronto había alguien frente a mí y llevábamos un rato conversando.
 Mi primer amigo imaginario de llamaba Alex (igual que como me llamaban algunos compañeros) , era un niño de mi misma edad (entre 6 y 8 años) y lo conocí un día después de recolectar moras cerca de una cancha en la villa de mi abuela (yo vivía al frente de ella en ese tiempo creo). Cuando estaba moliendo las moras en un plato y me puse a jugar con el azúcar (se veía divertido el hilito que dejaba caer en el plato) pensé que quizás alguien encontraría eso muy aburrido y tonto. No se cómo, de pronto estaba hablando con un niño que no conocía y el también encontraba divertido el delgado hilito de azucar en las moras. Al rato llegaron otros niños, entre ellos Claudio y Ana, mis vecinos. Cuando noté que Claudio no lo veía me pareció un poco extraño, así que dije nada; cuando Ana tampoco lo vio me di cuenta que Alex no estaba ahí, que el resto no lo podía ver, porque Ana nunca dejaría pasar a alguien nuevo ya sea para hacerle la pata o para fastidiarlo. En ese momento recordé algo que la profesora en el colegio nos había dicho sobre los amigos imaginarios. Nos preguntó si alguno de nosotros tenía o había tenido uno, que no nos avergonzáramos de ello porque era normal para los niños.
Recuerdo que toda la clase se quedó en silencio, algunos se miraban con caras burlonas y se oían cuchuicheos por aquí y allá. La profesora le preguntó a Claudio, quien aparte de ser mi vecino iba en mi mismo curso, por que se estaba riendo?. Entonces el le contestó que "eso" era para bebés, que los amigos imaginarios eran para niños muchos mas pequeños.
Fue en ese momento que decidí no decir nada al respecto, me avergoncé mucho por tener un amigo imaginario y no le daría un motivo al resto para que se burlaran de mi.
A partir de ese momento, tuve especial cuidado en que nadie jamás me escuchara hablando con Alex, ni siquiera mis padres, quienes por ese entonces estaban muy preocupados por la salud de mi hermanito a quien le diagnosticaron Síndrome de niño Burbuja.
Yo siempre quise tener un hermanito, y la llegada de Dan (Daniel) me hacía muy feliz. Me daba pena que enfermara tanto... y al cabo de poco tiempo, yo también comencé a enfermarme mucho.
Resultó ser que yo también tenía problemas inmunes, asma, alergias graves e incluso pensaron que podría ser fibrosis quística. Todo esto me aisló mas de los otros niños, sobre todo porque si yo me enfermaba mi hermanito se enfermaba peor.
Todo esto potenció mi obsesión con guardarme mis secretos, con tener cuidado que nadie me escuche hablando sola y así no preocupar a mis padres por una niña que según yo quizás se había quedado pegada. Comencé a escribir cosas en un diario, muchas cosas estaban en clave para que nadie pudiera entenderlas. La clave, la fui inventando yo poco a poco, hasta formar un código bastante complejo; código que por cierto me encantaría recuperar, ya que me deshice de el, después de creer que mi mamá sospechaba de él.

Desde entonces tuve unos pocos amigos imaginarios, no muchos en realidad cada cuanto eran muy extraños y algunos no me agradaban. Hubo una sola niña, llamada “Polka” … no se por que se llamaba así, yo le pregunté y ella simplemente lo dijo. Le gustaba jugar con Barbies y era un poco peleadora así que no duró mucho la amistad. Un día simplemente no la vi mas y la verdad no lo sentí mucho porque sabia que no existía.
Alex seguía siendo mi amigo, pero comenzó a ponerse torpe, como todos los otros niños, ademas yo fui creciendo y el siempre estaba igual, lo que me gustaba porque era entretenido de cierta forma.
Un día se despidió, dijo que viajaría lejos y no lo vi mas. Ahí comprendí que quizás era tiempo de dejar los amigos imaginarios y que mi cabeza así lo había decidido, pero no fue así.
Fue en ese tiempo (10 años) en el que tuve varios problemas en el colegio, los otros niños siempre me pegaban y molestaban, y como no les daba importancia se aburrían de hacerlo. Pero eso no quitaba que siempre fueran torpes, ademas siempre fui como mas débil, me cansaba y caía fácil.
Es entonces cuando surge Tonino (o Tony), creo que es el mas raro de todos y el que mas quiero. El era un cubo (mas como un paralelepípedo en realidad) de espuma, como el de los colchones. Con el podía jugar todos los juegos del mundo y nunca me hacia daño, podía apoyarme en el al dormir, podía llorar y el siempre me secaba las lagrimas… en fin, era el mejor. Digo era, porque mas tarde cuando estaba a punto de cumplir 15 años Tonino murió. Fue terrible, no lo podía creer, no me lo perdonaba! Como podía morir si estaba en mi imaginación? Como yo era capaz de hacerme algo parecido? No recuerdo como murió, creo que de cierta forma lo borré de mi memoria, he intentado recordar pero no puedo :/
Estuve mucho tiempo triste y no tuve otro amigo por mas de un año. Un día a mitad de 2006 de camino de regreso del colegio se acerca corriendo un hombre. Nunca le pude calcular la edad, no era joven ni viejo, simplemente no tenia edad. Cuando llegó a mi lado no me dijo nada, solo me quedó mirando. Entonces me di cuenta que era Tony, solo podía ser el. Se sentía igual que el!
No lo podía creer, Tony había vuelto!! Y ya no era una esponja! Era un hombre  y uno muy distinto al resto. Hasta el día de hoy lo veo, viene cuando lo llamo y desaparece cuando tengo que hacer. A veces me acompaña de regreso de la universidad, o se queda despierto por las noches hablándome. Es entretenido, aunque a veces no sabe como reaccionar ante algunas cosas… pero eso supongo que es porque esta dentro de mi misma cabeza.

Hasta ese momento, los amigos imaginarios eran mi mundo; podía
pasar horas por las noches hablando con Tony, nunca influyó en mi vida cotidiana ya que hablaba con ellos cuando yo quería.

En ese entonces ya cumplí los 18 años y grandes cambios se venían en mi vida; cambios que se fueron combinando con el extraño mundo que estaba surgiendo en mi cabeza. Este mundo no es muy compatible con la vida real y me trajeron un par de problemas que de no ser por mi discreción, a esta hora estaría contando una historia muy distinta.

Espero de a poco vayan comprendiendo el mundo en el que fui creciendo y como la imaginación de niñez se fue transformando en algo mucho mas confuso y a la vez para mi, personalmente, muy interesante.

Mis cariños Lectores,
Alex.


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